Reseña N° 2 (23-10-20)
La educación a distancia vs. La
educación presencial.
Juárez de Perona, H.” Aprender y enseñar a
distancia”. Argentina, Educa.ar (2012).
El artículo fue desarrollado por Hada G. Juárez de Perona, doctora en Ciencias Económicas y profesora Titular Plenaria tanto a nivel de grado como de posgrado en la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). El mismo, ha sido publicado en el portal educativo EDUC.AR, sitio oficial en internet del Ministerio de Educación de la República Argentina, en el año 2012. La autora señala que, las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TICS) han generado importantes cambios pedagógicos que modificaron sustancialmente la relación docente alumno y entre alumnos, donde el rol del docente como tutor en el proceso de aprendizaje es central para el logro de buenos resultados.
Menciona que la modalidad educativa
a distancia ha adquirido el mismo valor académico que la educación presencial
y, si bien presenta características propias acorde al nivel que se trate y los
fines que se persigan, identifica características generales que la distinguen
de la educación presencial, entre ellas:
-
El contenido se presenta a
través de medios.
-
El aprendizaje se verifica
individual o grupalmente fuera del aula por excelencia.
-
El docente tiene encuentros
tutoriales con el alumno y estos son de frecuencia variable.
- El sistema facilita la
educación en doble vía entre el alumno y la institución, en forma sistemática.
- La institución educativa
planifica, produce y distribuye los materiales, ofreciendo apoyo al estudiante.
En la educación a distancia se
emplea diferentes medios, pero con la informática como soporte. Tanto en el contenido
como en la forma, en los medios, se debe atender a su producción, su
distribución y su uso. Para lograr un buen resultado de estos procesos y que,
no sea solamente la obtención de “mera información” (Juárez de Perona, 2012:
3), se requiere la interacción de un grupo formado a tales fines.
Identifica una cuestión
significativa con respecto a los cambios de roles. A diferencia de la modalidad
presencial, el centro no está puesto en el docente, sino que en la modalidad a
distancia este se convierte en un facilitador de aprendizajes, cuya función es
fundamental para el logro de los objetivos de aprendizaje. En esta modalidad, el
foco está puesto en el alumno, quien tiene diferentes ritmos y formas de
aprendizaje, y se le exige un rol activo e interactivo con el grupo de
aprendizaje. En la virtualidad, el proceso educativo se basa en una
comunicación bidireccional, donde el tutor (docente) debe garantizar que esta
comunicación sea lo suficientemente fluida y constante para generar
aprendizajes de calidad.
La autora identifica las tensiones y
conflictos comunes que se generan en los programas de educación a distancia,
entre ellas se encuentran las relacionadas con: Los destinatarios de los
cursos, el rol que cumplen los actores, el modelo que se aplica, la evaluación
de los aprendizajes de los estudiantes. Sin embargo, ante el avance de las TICS,
es necesario superar estas tensiones, ya que, la modalidad a distancia se
convierte en una alternativa válida frente al cambio de paradigma, proporcionando
grandes ventajas a los procesos de aprendizaje, entre los que destaca:
·
El tiempo y la distancia ya no
limitan los procesos de enseñanza
·
La relación docente alumno es
de tipo horizontal
· La transferencia de procesos deja de ser el objetivo principal,
dando lugar al alumno a transformar la información en conocimiento.
·
La evaluación se adapta a la
idea de evaluación de proceso.
Para la autora, el aula virtual
ofrece nuevas posibilidades para el aprendizaje y enseñanza generando nuevos
modelos pedagógicos, así como cambios en las conductas de alumnos y profesores.
Resulta conveniente señalar, que la autora da por sentado que, para los
alumnos, especialmente los jóvenes, el acceso y el uso de la tecnología es algo
natural; sin embargo, no tiene en cuenta las problemáticas de “la brecha digital”
y la “inclusión digital”, es decir la desigualdad que existe entre aquellos que
tienen acceso a las tecnologías y los jóvenes que no.
Con respecto a los docentes,
reconoce la necesidad de capacitación en forma permanente, ya que indica que la
virtualidad es un reto para los mismos. Responsabiliza de las dificultades que
surgen en los procesos de enseñanza aprendizaje a los diseños de los softwares,
sin tener en cuenta que hay un gran número de experiencias educativas exitosas
con el uso de software educativo.
Las TICS aparecen como una
herramienta con mucho potencial que podría ayudar a mejorar los procesos de
enseñanza y aprendizaje y que, acompañadas por el apoyo del profesor pueden
generar excelentes resultados. El docente, es el responsable de orientar y
guiar la construcción de aprendizajes exitosos, pero acaso ¿también no lo es en
la educación presencial?
En sintonía con el análisis de la
autora, no se puede afirmar entonces que una modalidad puede ser mejor que
otra, sino que, como se mencionó anteriormente dependerá de una serie de factores
que son los que indicarán que metodología es la más adecuada acorde a la
propuesta educativa que se trate. Sin embargo, ya sea la modalidad presencial o
a distancia, no se puede perder de vista que la rápida evolución de las TICS,
ha hecho imposible pensar los entornos de enseñanza y aprendizaje sin la
utilización de las mismas, ya sea en menor o mayor medida.
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